La organización calificó de irresponsable el comportamiento de las autoridades ante el bloqueo de las actividades escolares y recordó que la educación es un derecho de los niños y jóvenes.
Por esa razón alentó al Ministerio de Educación y Formación Profesional a crear las condiciones para que se reanude de manera efectiva el año académico cuando ya los estudiantes perdieron dos meses de clases.
El curso se postergó en Haití a finales de agosto ante la grave situación económica y no pudo comenzar en octubre como estaba previsto por las masivas protestas que denunciaron el aumento de los precios de los combustibles.
Además, grupos armados bloquearon los accesos a la principal terminal petrolera del país, paralizando la distribución de los hidrocarburos, lo cual pospuso indefinidamente el año académico.
La situación provocó que más de cuatro millones de niños y jóvenes se encuentren privados de la enseñanza, lo cual compromete el futuro de la sociedad, denunció el partido Fusión de los Socialdemócratas.
“Como resultado, todos los sectores de actividad que dependen del funcionamiento de la escuela se encuentran en un estado de asfixia. El resultado es un aumento del nivel de vulnerabilidad de varios miles de familias que no pueden enviar a sus hijos a la escuela”, deploró la organización política.
Además de las escuelas, la actual crisis de Haití compromete el funcionamiento de servicios esenciales como la atención médica, mientras muchos hospitales cerraron o redujeron sus operaciones al mínimo.
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