Caravanas de autos y banderas dominan la celebración en varias capitales, pero principalmente en una abarrotada Avenida Paulista (Sao Paulo), donde el aspirante presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) hizo su primer pronunciamiento después de rendir en urnas a Bolsonaro.
En otras ciudades también se realizan fiestas de vehículos, lanzamientos de fuegos artificiales y gritos de «Lula, lala» y «Fuera Bolsonaro», por parte de simpatizantes del extornero mecánico.
Con el ciento por ciento de las urnas escrutadas, Lula recibió este domingo un 50,90 por ciento de las papeletas válidas y el exmilitar obtuvo 49,10 en la segunda vuelta de sufragio, después de que ambos no lograran en el primer pleito del 2 de octubre la mayoría absoluta de votos.
Es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación nacional para ser electo.
«Finalmente el sueño se convirtió en realidad y ganó la democracia», comentó a Prensa Latina Carla Ferreira, una empresaria de 63 años, residente en el barrio de Aguas Claras, en el Distrito Federal.
En la misma arista, el profesor Roberto Freiras, de 41 años, valoró que con Lula llega el cambio, «tuvimos a lo largo de cuatro años muchas crisis y en especial la de la Covid-19 que dejó cerca de 700 mil muertes por una desastrosa gestión de gobierno».
Según el portal Rede Brasil Atual, la votación resultó aún más apretada que la de 2014. En esa consulta, la exgobernante Dilma Rousseff fue elegida con 51,64 por ciento frente un 48,36 del entonces senador Aécio Neves.
De igual manera, fue una campaña una vez más, como en 2018, llena de noticias falsas, que la Justicia Electoral apenas pudo frenar.
Y con la novedad del acoso electoral, con empresas, en práctica criminal, intentando avergonzar el derecho de voto de sus empleados. Hasta la fecha, el Ministerio Público del Trabajo contabilizó casi dos mil 500 denuncias, 12 veces más que hace cuatro años.
El sitio alerta que, elegido, Lula sabe que tendrá dificultades en el Congreso, de mayoría conservadora, y también en los estados.
Pese a ser confeso aliado de Bolsonaro, el timonel de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, felicitó también al exsindicalista por su victoria en el referendo y afirmó que «es necesario escuchar la voz de todos, incluso divergentes».
«Al presidente electo, la Cámara de Diputados le felicita y reafirma el compromiso con Brasil, siempre con mucho debate, diálogo y transparencia. Es necesario escuchar la voz de todos, incluso divergentes, y trabajar para atender las aspiraciones más amplias», señaló Lira.
Durante su arenga, el parlamentario defendió la pacificación del país e indicó que es hora de «tender la mano a los adversarios».
Llamó a desarmar los espíritus, «debatir, construir puentes, propuestas y prácticas que traigan más desarrollo, empleos, salud, educación y marcos regulatorios eficientes. Todo lo que se haga de aquí en adelante tiene que tener un único principio: pacificar el país y dar mejor calidad de vida al pueblo brasileño», recalcó.
El congresista insistió en que «la voluntad de la mayoría, manifestada en las urnas, jamás deberá ser contestada» y que seguirá «adelante en la construcción de un país soberano, justo y con menos desigualdades».
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