El periodista Jamil Chade, columnista del sitio, indica que Lula será llamado al escenario central de la megareunión para presentar al mundo su proyecto de gobierno y de política exterior.
«Si acepta, el brasileño corre el riesgo de ser alzado a una de las principales estrellas del evento de 2023», señala Chade.
Aún, de acuerdo con el comunicador, la organización estaba preocupada que el mandatario Jair Bolsonaro, si no reconocía su derrota en la elección del 30 de octubre, lanzara al país en una crisis política, pero, según Davos, el discurso del martes, aunque breve, abrió la puerta para una transición.
«Todo indica que no vamos a repetir el escenario de (expresidente estadounidense Donald) Trump», dijo uno de los organizadores del encuentro a la columna de Chade.
En Estados Unidos, partidarios de Trump, derrotado en urnas por el demócrata Joe Biden, invadieron el 6 de enero de 2021 el Capitolio contra el resultado electoral.
También Lula decidió esta semana comparecer a la Conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático (COP27), programada para realizarse entre el 7 y 18 de noviembre en Egipto.
El mandatario egipcio, Abdel Fatah al-Sissi, cursó la invitación al exsindicalista para la cita en la ciudad turística Sharm El Sheikh, ubicada en la costa del mar Rojo, donde se espera la asistencia de más de 90 jefes de Estado.
Antes del plebiscito en Brasil, la exministra Marina Silva, aliada del exdirigente obrero, comunicó que el equipo de Lula pretende llevar a la COP27 una propuesta de revisar las metas nacionales de emisión de gases de efecto invernadero, incluso con la intención de hacer más ambicioso el reto nacional.
También la expectativa es que el gobernante pueda señalar antes que comience la conferencia en Egipto el nombre responsable de comandar el Ministerio de Medio Ambiente en su gobierno.
Lula recibirá el 1 de enero de 2023 la banda presidencial en el Palacio del Planalto (sede del Poder Ejecutivo en Brasilia).
En la primera ronda de sufragio del 2 de octubre, el aspirante al poder por el Partido de los Trabajadores ganó con 48,43 por ciento de los votos válidos, mientras que Bolsonaro, quien codiciaba reelegirse por el Partido Liberal, obtuvo 43,20 por ciento. Como ninguno de los políticos logró en ese pleito la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de los válidos (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación para ser electo, disputaron el balotaje.
De manera muy cerrada, el hijo de la clase obrera volvió a triunfar en el segundo turno del pasado domingo con un 50,90 por ciento frente al 49,10 del exmilitar.
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