Bajo la convocatoria del titular del unicameral órgano, Nabih Berri, los legisladores acudirán al plenario para discutir el mensaje del exmandatario en relación con los limitados poderes del gabinete ministerial para asumir responsabilidades en el período de vacancia.
Antes de abandonar el Palacio Presidencial de Baabda el pasado domingo, Aoun firmó un decreto de dimisión del gobierno ante la falta de voluntad para su formación desde la reelección de Najib Miqati como primer ministro en junio último.
En respuesta, Miqati reiteró al Parlamento el compromiso con sus deberes constitucionales, incluida la realización de negocios, a menos que el Parlamento tenga una opinión contraria, al considerar el documento de renuncia sin valor.
Desde la celebración de las elecciones parlamentarias en mayo anterior, el gobierno libanés se da por dimitido y cumple de manera interina sus deberes y responsabilidades constitucionales como el seguimiento de las tareas cotidianas sin grandes proyectos.
En este sentido, el texto del artículo 69 de la Constitución considera dimitido el gabinete si renuncia su jefe, pierde más de la tercera parte de los miembros, al inicio del mandato del nuevo presidente de la República, en el comienzo de la legislatura y cuando el Parlamento retira su confianza por iniciativa propia o votación.
Luego de cuatro sesiones fracasadas en el Parlamento, Líbano enfrenta un vacío de poder debido a la ausencia de consenso para nombrar al próximo representante de la comunidad cristiana maronita en ocupar el cargo de jefe de Estado.
Ayer, el titular Berri pidió disculpas por no seguir adelante con el llamado al diálogo debido a la objeción y reserva especialmente de los bloques Fuerzas Libanesas y Corriente Patriótica Libre.
Devaluación de la moneda nacional, altos costos de los productos alimenticios, hospitalización, educación, transporte y electricidad agudizan la crisis en Líbano, en medio de una vacancia constitucional con un gobierno en funciones y discrepancias en el Parlamento.
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