Ante miles de surcoreanos reunidos en una vigilia en Seúl, allegados y amigos de quienes perdieron la vida, acompañados por líderes religiosos del cristianismo y budismo, demandaron al mandatario que asuma su responsabilidad por lo ocurrido en el barrio de Itaewon el fin de semana anterior que enlutó República de Corea, publicaron medios locales.
También cuestionaron el manejo de la emergencia y el curso de las investigaciones para el esclarecimiento de los hechos que provocaron la mortal estampida.
«Esto podría haberse evitado, podrían haberse salvado. Yoon Suk-yeol asuma la responsabilidad», corearon grupos de jóvenes con velas que se encontraban en la conmemoración.
La víspera, casi una semana después del suceso, el presidente surcoreano lamentó la tragedia, lo que crispó más a una población ya molesta por el deficiente actuar de las autoridades, según medios locales de prensa.
El fin de semana pasado, al menos 100 mil personas acudieron al distrito de Itaewon, popular por su vida nocturna, para celebrar el primer Halloween posterior al relajamiento de las medidas sanitarias contra la pandemia, y una estampida por una de las estrechas calles del barrio capitalino dejó un saldo de 156 fallecidos y similar cifra de lesionados.
Funcionarios admitieron que hubo una insuficiente planificación de seguridad.
Debido a que Surcorea decretó luto nacional hasta este sábado, las banderas ondearon a media asta y los eventos de entretenimiento fueron cancelados durante ese periodo de tiempo.
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