Mohamed Abdel Ati, titular de la cartera, insistió en la necesidad de enfrentar a los infractores que atentan contra la distribución de las cantidades necesarias y puntuales de agua de riego a los beneficiarios autorizados, destaca un comunicado oficial.
El cultivo de este grano es uno de los mayores consumidores del líquido vital y, por tanto, solo el gobierno autoriza las zonas de siembra en el marco de su política para racionalizar y conservar los limitados recursos hídricos del país.
La Orden Ministerial Número 305 del 28 de diciembre de 2020 permite las cosechas en nueve gobernaciones, sobre una superficie total estimada en las 724 mil hectáreas.
Para paliar los efectos de la escasez se potencian cepas ahorradoras como el arroz seco o el cultivo en agua con alta salinidad.
Las declaraciones del funcionario egipcio tuvieron lugar durante una reunión del Comité Permanente de Regulación del Río Nilo para evaluar el suministro proveniente del segundo cause más largo del mundo durante el presente año.
En este encuentro, el ministro subrayó además la importancia de combatir todas las formas de agresión contra el río y mantener los cursos de agua libres de abusos y contaminación, ‘a fin de garantizar la buena gestión, el funcionamiento y el mantenimiento del sistema acuático’.
Según informes de la ONU, Egipto está por debajo del umbral de pobreza de agua, con un déficit superior a los 20 mil millones de metros cúbicos. El consumo humano de sus más de cien millones de habitantes, la agricultura y la industria dependen casi exclusivamente del Nilo.
mem/lcp