Este martes intervendrán en el plenario, entre otros, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Luis Arce; de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y de Francia, Emmanuel Macron.
También hablarán los primeros ministros de Antigua y Barbuda, Gaston Browne; de Barbados, Mia Mottley; de Etiopía, Abiy Ahmed Ali; de Granada, Dickon Mitchell, y de Pakistán, Shehbaz Sharif.
En la jornada de ayer, el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó que el mundo transita por una carretera rumbo al infierno climático con un pie en el acelerador.
“Nuestro planeta se acerca rápidamente a un punto de inflexión que hará irreversible el caos climático”, advirtió.
La humanidad tiene una opción: cooperar o perecer, alertó el máximo dirigente del organismo internacional.
Alertas similares fueron sistemáticas entre los oradores, al igual que los reclamos de financiamiento para enfrentar el flagelo de países menos desarrollados a los ricos.
África no provocó la crisis climática, pero sufre sus consecuencias cada vez de manera más dura, y tiene desventajas en el acceso a financiamiento y tecnología para combatirla, expresó el presidente senegalés, Macky Sall.
Muchos jóvenes podrían preguntarse si la COP es “un juego de contar: 26, 27, 28”. ¿O si es una cuenta regresiva real para salvar a nuestro planeta?, dijo a modo de crítica su homólogo de Seychelles, Wavel Ramkalawan.
La contribución de las Seychelles a la destrucción del planeta es mínima, pero nosotros somos los que más sufrimos, porque las islas están desapareciendo, alertó.
También el vicepresidente de Maldivas, Faisal Naseem, exigió a los países ricos asumir la responsabilidad por el calentamiento global y compensar los efectos negativos de sus acciones sobre los pequeños estados en desarrollo.
En tanto, el ministro indio de Medio Ambiente, Bhupender Yadav, cuestionó la escasa financiación climática.
Mientras, el primer ministro egipcio, Mostafa Madbouly, llamó a brindar de forma urgente fondos a los países pobres para enfrentar ese problema.
El objetivo es implementar políticas de adaptación y mitigación, así como compensar las pérdidas y daños de las naciones con menos recursos, apuntó.
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