Motivados por el proceso de cambios en su país, encarnado por el primer presidente progresista de la nación sudamericana, aprovecharon su visita a Francia para entregarle la propuesta, dirigida al reconocimiento de los derechos de seres humanos que abandonaron su tierra natal por las décadas de conflicto y las crisis económicas.
En declaraciones a Prensa Latina, Muñoz precisó que pusieron en manos de Petro el documento la víspera, en el contexto de la conferencia dictada por el mandatario en el Instituto de Estudios Políticos de París.
Queremos que se reconozca el fenómeno escandaloso, invisibilizado por los gobiernos previos, de la emigración colombiana, con 10 millones de integrantes diseminados por el planeta, el 70 por ciento de ellos en una condición irregular, subrayó.
De acuerdo con el activista, la mayor parte de esa diáspora está formada por mujeres, lo cual representa un impacto social muy elevado para la nación sudamericana, a partir de la separación de familias.
Nuestra iniciativa busca reparar una injustica, millones de seres humanos con sus derechos olvidados, tanto por las sociedades de acogida como por la que dejaron atrás en busca de un mejor futuro y para escapar de un conflicto armado terrible, abundó.
Desde su llegada al poder en agosto, Petro ha priorizado el logro de una paz total en el país y el camino hacia el bienestar de los colombianos.
En concreto, explicó Muñoz, aspiramos a ser parte de esa séptima región, además de las seis reconocidas en la actualidad, a que nos incluyan en los planes de desarrollo nacional y las políticas gubernamentales y a contar con una mayor representación en el Congreso, ya que solo tenemos un parlamentario.
Otros pedidos responden al establecimiento de la Universidad de Investigación Intercultural de la Diáspora, en aras de centralizar los saberes y la capacitación en beneficio de quienes se encuentran en el exterior y del propio país, y de las Casas de Colombia en el extranjero.
A propósito de los esfuerzos de paz en curso, Muñoz resaltó el llamado a declarar los consulados como sitios de paz, para el acompañamiento a ese proceso, al margen del lugar de residencia.
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