Durante los 111 años transcurridos desde que se publicó el primer relato: La Cruz Azul, el candor del protagonista perdura en las tramas con la agudeza de sus calmadas reflexiones e inusuales peripecias, siempre acordes con las características y los límites éticos inspirados en el sacerdote irlandés John O’Connor (1870-1952).
Según críticos, Chesterton, a través del religioso, disfrutó refutar en cada caso la versión oficial de lo ocurrido, y haciendo gala de su oficio dispersó su sagacidad creativa en al menos medio centenar de textos que, además de la literatura, se convirtieron en éxitos audiovisuales.
En sus relatos el autor logra el equilibrio en la conducta del personaje, diferente del aire aristocrático de Sherlock Holmes, el jovial carácter mundano de Hércules Poirot, y del modo victoriano de comportarse presente en Jane Marple, todos detectives a tiempo completo u ocasionales, según los casos.
Con el padre Brown, el escritor trasmite espiritualidad —que en su vida fue componente activo—, su personaje es un cura rechoncho de apariencia ingenua a quien acompaña un enorme paraguas, una imagen encarnada cinematográficamente por actores reconocidos como sir Alec Guinness.
Walter Connolly protagonizó en 1934 el filme Padre Brown detective, la primera vez que el personaje creado por Chesterton irrumpió en la pantalla grande, y a partir de la década de los años 70 el religioso se convirtió en producto de series televisadas, acogidas con buen rating por el público europeo.
La obra del escritor y periodista GKC —su seudónimo— es extensa, legó a la cultura universal 90 libros y numerosos artículos, así como se le incluye entre los intelectuales que rechazaron la injusticia política y social.
(Tomado del Semanario Orbe)