Las conversaciones forman parte de la operación policial que en julio detuvo a sospechosos de hackear los teléfonos móviles de Moro y de miembros de la operación judicial Lava Jato en la sureña ciudad de Curitiba.
El ministro del STF ordenó la pasada semana el acceso total de los abogados de Lula a los mensajes retenidos después que la Policía Federal no entregara el material de acuerdo con la decisión anterior del magistrado.
Tal acceso de la defensa de Lula al contenido pirateado de móviles inteligentes fue determinado por Lewandowski el 28 de diciembre.
Sin embargo, su fallo fue desestimado por Waldemar Cláudio de Carvalho, anterior responsable de la décima sala en el Distrito Federal.
La autoridad tuvo que respaldar su decisión dos veces hasta que se cumplió. Ordenó a un oficial de justicia que se presentara personalmente ante De Carvalho y dar acatamiento al veredicto.
Ahora los acusadores de la Lava Jato alegan en un extracto de su solicitud que ‘la utilización de las supuestas pruebas para cualquier fin es completamente despreciable desde el punto de vista jurídico. Fuimos víctimas de piratas, pero no reconocimos los mensajes’.
Moro afirmó asimismo que no reconoce la autenticidad de los diálogos telefónicos y que, ‘de ser ciertos, habrían sido obtenidos por medios delictivos, por piratas informáticos (…)’.
En el periodo de la acción policial, el sitio web The Intercept Brasil publicó una serie de pláticas deshonestas entre Moro y fiscales del grupo de trabajo investigativo.
Los mensajes pusieron al desnudo la falta de imparcialidad del exministro de Justicia y su influencia en procedimientos y estrategias de la Lava Jato, así como sus claras intenciones de condenar sin pruebas a Lula.
El dictamen de Lewandowski representa otra victoria judicial para el fundador del Partido de los Trabajadores.
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