La titular de la cartera, María Brown, presentó el plan Escuela Segura este lunes junto al ministro del Interior, Juan Zapata, desde Guayaquil, donde está instalado el Puesto de Mando Unificado del Gobierno para coordinar las acciones contra los hechos delictivos de bandas criminales.
Según explicó Zapata, entre cuatro y seis uniformados con patrullero estarán en los exteriores de cada uno de los planteles seleccionados, los cuales se encuentran en las áreas de mayor incidencia de la violencia.
La inseguridad de las últimas semanas en las provincias de Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Esmeraldas, -donde rige el estado de excepción-, afectó el programa docente en esos territorios, con instituciones que aplicaron la enseñanza a distancia.
A principios de este mes en esas regiones hubo una veintena de atentados contra unidades policiales, centros de salud y gasolineras, algunos de ellos con explosivos, sucesos que el Ejecutivo consideró una respuesta del crimen organizado a la lucha contra el narcotráfico.
Pese a las medidas adoptadas, la semana pasada continuaron los incidentes violentos tanto en las calles como en cárceles, fundamentalmente en la Penitenciaría del Litoral, la más grande del país, ubicada en Guayaquil, desde donde trasladaron más de dos mil reclusos hacia otros centros.
Esta es la quinta vez en año y medio de gobierno que el presidente Guillermo Lasso acude a los estados de excepción, pero la violencia sigue subiendo, advierten expertos en materia de seguridad.
Hasta los primeros días de noviembre la tasa de homicidios en esta nación suramericana era 20,59 por cada 100 mil habitantes, la más alta de su historia, indican datos oficiales.
La situación actual de inseguridad se debe, a juicio de especialistas, al papel de Ecuador en las nuevas rutas del tráfico de drogas hacia mercados en el norte del continente y a la falta de inversiones tanto en áreas sociales (salud y educación) como para instituciones de seguridad.
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