El texto, a juicio del también ensayista, constituye una “mirada desde el sur cubano y nuestroamericano” a la historia universal, desde la Gran Depresión de 1929 hasta 1968.
Limia subrayó en entrevista con Prensa Latina que este es el primero de dos tomos de un proyecto de historia universal desde el siglo XX hasta el presente, una “mirada crítica” de cómo llegamos hasta aquí y de cómo la Guerra Fría condicionó lo que estamos viviendo hoy.
Manifestó que se están reproduciendo las mismas condiciones que se dieron cuando la Gran Depresión, y si “miras los tiempos transcurridos” entre esa gran crisis de 1929 y la Segunda Guerra Mundial, notarás que los tiempos entre la crisis financiera del 2008 y el presente, son similares.
Y te das cuenta, además, que son circunstancias similares, y que se van reproduciendo fenómenos análogos, porque la naturaleza humana es la misma, aunque la revolución tecnológica va a una velocidad frenética, comentó.
El también especialista en análisis de información opinó que las consecuencias pudieran ser catastróficas porque a “diferencia de entonces” ni el mundo tiene el equilibrio que existía antes y hoy hay más bombas atómicas.
Como decía Fidel Castro, remarcó, es apocalíptico y la vida está demostrando que tenía toda la razón, la especie humana está en peligro y el fascismo puede conducir a eso.
Limia enfatizó que su libro puede contribuir con un granito de arena a entender lo que estamos viviendo, y de hecho, está escrito de esa manera, para que podamos leerlo desde el presente y podamos sacar conclusiones.
Interrogado sobre el resurgimiento de manifestaciones fascistas en varias partes del mundo, incluida la región, el historiador cubano señaló que cuando el fascismo cobró expresión en Italia y se extendió después al resto de Europa, tuvo también una gran presencia en América Latina, de lo cual no se habla, acotó.
Recordó que América Latina siempre miró a Estados Unidos o a las burguesías neocolonizadas de la región, que nunca tuvieron una raíz autóctona, y por tanto, lo miran con orgullo e imitan esos patrones.
Es un mundo de globalización neoliberal donde ocho trasnacionales determinan lo que leemos y vemos, y hasta quieren condicionar lo que pensamos, aseveró.
El ensayista caribeño afirmó que ese fenómeno tiene una expresión práctica en el subcontinente con el caso de Brasil, donde se acaba de demostrar en las recientes elecciones que es casi la mitad de la población y “estamos hablando de casi 60 millones de habitantes”, enjuició.
Si miras a otros países de la región como Chile, donde se perdió el plebiscito para la nueva Constitución, te das cuenta de que “el fascismo goza de buena salud”.
Consideró que revertir la actual situación es una “gran pelea para los revolucionarios” y esa pelea la tenemos que ganar desde una revolución cultural.
Hoy los revolucionarios no solo tenemos que ser los más sensibles, si no tenemos que ser también los más cultos, no hay otra manera, concluyó.
jha/jcd