El caso es impulsado por el Partido Nacional Escocés (SNP), que tiene la mayoría parlamantaria en el Holyrood, como llaman los escoceses a su órgano legisltativo semiautonómico, y está en manos de cinco jueces del tribunal desde el mes pasado.
Londres se opone a autorizar otro referendo sobre la independencia de Escocia, porque considera que el resultado de la consulta celebrada en 2014, cuando el 55 por ciento de los electores escoceses votó a favor de permanecer en el Reino Unido, es válido para la presente generación.
El SNP y demás partidos independentistas alegan, sin embargo, que esa votación quedó inhabilitada por el Brexit, porque la mayoría de los escoceses votó por seguir siendo parte de la Unión Europea, pero debió abandonar el bloque junto al resto de los británicos.
Si los jueces de la Corte Suprema deciden que el Holyrood puede convocar a un nuevo referendo, la jefa del gobierno local, Nicola Sturgeon, presentará de inmediato el proyecto de ley sobre la consulta, la cual se realizaría en octubre del año próximo.
En caso de negársele esa posibilidad, Sturgeon dijo que respetará la decisión de los jueces, pero ya anunció que hará de la independencia el tema central de su campaña en los venideros comicios regionales, los cuales se convertirían, dijo, en un referendo “de facto.”
oda/nm