Según reportes, el atacante, empleado de Walmart desde 2010, aparentemente se suicidó antes de que las fuerzas del orden llegaran al lugar de los hechos.
El jefe del Departamento de Policía de la ciudad Chesapeake, Mark Solesky, dijo en una conferencia de prensa que el asesino usó una pistola y que aún no había un motivación clara detrás de lo ocurrido. La tragedia también llevó a cuatro personas al hospital, pero las autoridades no ofrecieron una actualización sobre su condición, aclaró la cadena CNN.
Informaciones de prensa indican que la tienda estaba ocupada justo antes del ataque el martes por la noche, cuando la gente se abasteció para el feriado de Acción de Gracias, celebrado el cuarto jueves de noviembre.
La empleada Briana Tyler contó que el equipo de almacenamiento nocturno, de unas 15 o 20 personas, acababa de reunirse en la sala de descanso para repasar el plan de la mañana.
Tan pronto como el grupo estuvo listo para comenzar, relata que miró hacia arriba y su gerente se dio la vuelta y abrió fuego contra el personal.
La testigo mencionó que el responsable disparaba por toda la habitación, sin importar a quién golpeara ni mirar a alguien de manera específica.
“Es por la gracia de Dios que una bala no me pasó. Vi el humo saliendo del arma, y vi caer cuerpos”, afirmó Tyler.
El fin de semana pasado un hombre armado mató a cinco personas y causó lesiones a 25 en el Club Q, de la comunidad Lgbtiq+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Intersexuales y Queer), en el estado de Colorado.
De acuerdo con la organización Gun Violence Archive, en lo que va de año en este país hubo 607 tiroteos masivos y casi 40 mil personas fallecieron a causa de la violencia armada.
jcm/cgc