“Después de mucho buscarle, por fin pude encontrar brevemente a una de las dos (y posiblemente tres) especies de ardillas nativas que tenemos en el país”, declaró el también
ingeniero agrónomo Luis Recalde, tras compartir las fotos.
El especialista, quien encontró al ejemplar en la zona del llamado cerro Chovoreca, de Alto Paraguay, explicó que hay dos especies de esos animales en la norteña región del Chaco, y una tercera observada por cazadores “aché” en Alto Paraná, aún por confirmar de manera documentada.
Recalde relató que hacía un trabajo para el sector privado en la zona de Agua Dulce cuando avistó a la ardilla roja, cuyos más cercanos antecedentes de presencia en el Chaco se remontan al año 2000.
Las ardillas amazónicas del sur –describe el experto- tienen su mayor rango de hábitat en Bolivia, Perú y Brasil, y son animales muy solitarios y similares a los que suelen verse en las películas.
Los ejemplares de esas especies en el Chaco viven en un hábitat de bosques altos, donde consumen plantas muy proteicas como las llamadas “mbokaja” y “kurupa’y”, “en lugar de comer nueces”, asegura el investigador.
De acuerdo con Recalde, la ciencia carece de estudios para determinar la población de esas especies de ardilla en la zona, mientras sobre su reproducción se conoce que son solitarias y solo socializan cuando el macho busca a la hembra o cuando la hembra tiene a sus crías.
El científico ambientalista recordó que existe en esta nación austral un área de protección en proceso de consolidación para salvaguardar de amenazas a esas especies.
Los animales que concurren en los citados espacios selváticos –agregó- son especies en peligro, como el yaguareté, el mboreví y ciertas especies de venados, por lo que resulta muy importante “seguir el proceso de consolidación” de esas áreas de protección.
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