La abogada Nadia Franco, profesora en criminología de la Universidad de Panamá, comentó que un país desigual y con familias desestructuradas es un caldo de cultivo para empujar a los jóvenes a la delincuencia, y en gran parte de los casos, a terminar tras las rejas.
En ese sentido la catedrática explicó al diario La Estrella de Panamá que esa situación solo agrava el precario estado del sistema penitenciario, especialmente por la superpoblación en las cárceles.
Franco indicó que hay establecimientos que funcionan con el 100 o 200 por ciento de su capacidad y algunas cárceles con problemas de humedad, hongos, enfermedades.
También señaló que a pesar de que existen algunos programas de resocialización puntuales, estos son insuficientes y no están acompañados de una política de reinserción laboral.
“Se busca que tanto la empresa privada como el Estado puedan darle la oportunidad a estas personas para que ingresen a puestos de trabajo y una opción sería establecer un régimen especial para garantizar esa reinserción”, aseveró.
Acotó que aunque es importante aumentar el presupuesto y mejorar la formación del personal penitenciario, lo esencial es concentrar los esfuerzos en la prevención.
Al respecto mencionó el flagelo de las pandillas, una actividad delictiva que tiene sus raíces en problemas sociales.
Uno de los elementos que destacó la docente como avance en el sistema es la creación del defensor de la víctima, un rol que no existía antes.
En una serie de reportajes sobre este tema que publica el rotativo, también el exjefe de la Policía Nacional y exministro de Seguridad Pública, Rolando Mirones, opinó que el país requiere de una ley que reglamente el sistema carcelario y le dé carácter autónomo o que dependa directamente de la Presidencia.
Para Mirones lo esencial es que el ser humano que entró al sistema salga mejor de lo que ingresó. Es decir, que tenga las actitudes y capacidades para vivir en sociedad.
«Lo único que hace que un recluso pueda salir mejor de la cárcel es un sistema de rehabilitación o habilitación para vivir en sociedad», remarcó.
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