Desde 2019 a julio de este año se registra el fallecimiento de dos mil 145 mujeres por hechos de violencia asociados a armas de fuego y blanca, asfixia, quemaduras y decapitación, según datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses.
En esa larga lista, el departamento de Guatemala ocupa el primer lugar con el 42 por ciento de los casos, féminas entre 10 y 30 años, que son localizadas después de que las familias activan la alerta Isabel-Claudina.
Por lo general, los cuerpos aparecen con signos de tortura, metidos dentro de bolsas, al punto de que en algunos casos es difícil su reconocimiento inmediato, como ocurrió con
Pamela Molina, una joven de 26 años, maestra de primaria, quien salió a hacer un trámite en la mañana el 3 de diciembre de 2020 y nunca más su familia supo de ella.
Dos semanas después, recibieron la triste noticia y solo un tatuaje en su cuerpo permitió identificarla.
Según la plataforma vivir sin violencia.org, en el primer año de la pandemia de la Covid-19 hubo una disminución de estos hechos con 26 reportes mensuales en promedio hasta septiembre; sin embargo, las cifras crecieron a 48 de octubre a diciembre.
También incide, que las mujeres como toda la población estuvo encerrada por largos periodos y fue más difícil acudir a presentar denuncias ante el Ministerio Público.
Con la apertura del país, el incremento fue evidente al punto de que se igualaron los casos reportados previo a la pandemia, 55 mensuales, un promedio que se mantiene, de acuerdo con la fuente.
Otros lugares del país peligrosos por la cantidad de cuerpos encontrados son Escuintla (siete por ciento) y Chiquimula (seis).
En el caso del departamento de Guatemala, de enero a julio de este año, allí asesinaron de manera brutal a 99 mujeres, seguido de los municipios Villa Nueva (28 decesos) y Mixco con 12.
Especialistas en el tema recuerdan que las agresiones contra las mujeres, sigue siendo un problema social arraigado como consecuencia de la violencia machista predominante en esta nación.
En ese sentido apuntan que se hace todavía poco en el tema prevención de la violencia y de demandas puntuales al Estado para construir políticas públicas para reducir este flagelo.
Como cada Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. la Coordinadora 25 de noviembre se sumó a una vigilia y caminata por la Vida hasta la Plaza de la Constitución para visibilizar el fenómeno y aunar voluntades para su combate desde los hogares, donde ocurren la mayoría de embarazos de niñas a temprana edad.
Las actividades comenzaron en la noche de ayer con una marcha por la concurrida sexta avenida del Centro Histórico bajo la luz de faroles y sobre los cuerpos de sus integrantes, carteles con nombre de mujeres víctimas.
mem/mmc
