‘Jerusalén es una ciudad sagrada para muchos. Debe prevalecer el respeto a la fe de los demás, sobre todo durante las fiestas religiosas (semana del Ramadán). La integridad de los lugares sagrados y el statu quo histórico deben mantenerse y respetarse plenamente’, expresó Soreide.
Igualmente, llamó a respetar la seguridad y los derechos de los habitantes, que sufren la violencia de la policía de Israel.
Ante esta tensa situación, añadió, exhorto a los líderes políticos, religiosos y de otro tipo hacer lo posible por desescalar el conflicto.
Las amenazas, las incitaciones y el uso de la violencia son inaceptables y deben cesar, puntualizó.
Las protestas, iniciadas la semana pasada por la expulsión de árabes residentes en el distrito de Sheikh Jarrah para construir un asentamiento de israelíes, se agravaron tras la invasión de fanáticos judíos al complejo de la mezquita Al Aqsa, uno de los tres lugares más sagrados del Islam.
Tanto la Organización de Naciones Unidas como la Unión Europea, así como diversos países, exigieron a Tel Aviv parar la represión y las construcciones de asentamientos israelíes en los territorios ocupados.
Entre los heridos se cuentan dos centenas de niños, denunció la Organización de Naciones Unidas para la Infancia.
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