Tal y como estaba previsto, el dispositivo llegó a una zona desértica de Mongolia Interior (norte) pasadas las 20:00, hora local, y las primeras informaciones indicaron que los tripulantes están en buenas condiciones de salud.
Especialistas en labores de búsqueda y rescate se desplazaron hacia el área de aterrizaje, abrieron la nave y ya comenzaron a sacar a los astronautas con mucho cuidado, pues en el lugar predominan bajísimas temperaturas.
Autoridades del sector consideraron un completo éxito la misión, porque esos profesionales cumplieron cada tarea programada durante los seis meses de trabajo dentro del módulo central de la estación espacial, denominada Tiangong, que construye China.
Antes de emprender el regreso ellos coincidieron con su relevo de la Shenzhou-15, que llegó en la madrugada del miércoles a la instalación para terminar de ensamblarla.
La Shenzhou-14 es la novena misión tripulada en la historia del país asiático, entre sus integrantes hay una mujer y son oficiales de mando e ingenieros.
Como parte de sus tareas hicieron varias caminatas fuera del vehículo y se dedicaron a la reparación, mantenimiento y ensamblaje de la estación espacial, que el gigante asiático comenzará a construir este año y luego pondrá en total funcionamiento hacia 2023.
El Gobierno planificó en total la salida de 10 operaciones similares para adiestrarse en el ensamblaje y construcción en órbita de naves complejas y grandes, así como en la realización de vuelos de larga duración cerca de la Tierra y de experimentos a gran escala.
La estación de China operará en la órbita terrestre baja a una altitud de entre 340 y 450 kilómetros, mientras su vida útil está diseñada para 10 años.
Sin embargo, los expertos creen que podrá durar más de 15 años con mantenimiento y reparaciones adecuadas.
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