Las Fuerzas Armadas procedieron a la entrega de los 13 menores asociados a agrupaciones insurgentes en el territorio de Beni, en Kivu del Norte, e Irumu, perteneciente a la provincia de Ituri, destacó el reporte mediático.
Con edades comprendidas entre 13 y 17 años, los niños-soldados fueron apresados durante casi tres semanas de enfrentamientos con integrantes de las autodenominadas Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), de origen ugandés, y un grupo Maï-Maï en las zonas de combate.
Un funcionario de la Monusco en Beni, Bernard Okanda, confirmó a radio Okapi que la mayoría de los infantes provenía del Maï-Maï UPLC y dos eran herenes de las ADF, como resultado de sucesivos reclutamientos.
Tras el contacto con el ejército, la institución transfirió inmediatamente a los niños a la organización no gubernamental acciones concretas para la protección de la infancia (Acope), un socio aquí del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), explicó el funcionario.
De acuerdo con la Cruz Roja Internacional (CICR), la población infantil es uno de los segmentos más vulnerables en esta nación africana, debido a los desplazamientos forzosos, la incersión en grupos armados y la inseguridad alimentaria.
Aunque está prohibido por la legislación nacional e internacional, el enrolamiento voluntario o forzoso de los menores de edad constituye un fenómeno de vieja data: muchos niños congoleños se incorporan a los grupos armados en busca de sustento, por venganza o con la intención de defender a sus comunidades.
No solo son utilizados como soldados, hacen las veces de cocineros, mensajeros, cargadores, espías e incluso terminan como esclavos sexuales, evaluó la CICR.
Esa vida de violencia y vagabundeo, remarcó la institución, tiene consecuencias múltiples: heridas (que a veces causan severas discapacidades), embarazos precoces, falta de acceso a la educación o a la salud, angustia psicológica, arrestos, detenciones y, en ocasiones, rechazo por parte de la comunidad.
El presidente de la República, Félix Tshisekedi, decretó la semana pasada el estado de sitio en Ituri y Kivu Norte y nombró a dos militares al frente de ambas provincias, a fin contener la ola de violencia en esa región oriental.
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