Miembros de una banda dedicada al secuestro de personas para demandar rescate en efectivo, asaltó en marzo pasado el tren que cubre la ruta entre esta urbe y Kaduna tomó 23 rehenes, liberados el pasado 5 de octubre por una operación militar, según anuncio oficial, en la acción en que murieron siete personas .
En su primer viaje desde el incidente el tren transporta pocos pasajeros y a un nutrido destacamento de militares armados con fusiles de asalto, además de dos blindados y otros vehículos militares.
El servicio ferroviario es vital para el transporte de pasajeros y mercancías entre esta capital y Kaduna debido al mal estado de las carreteras y el omnipresente peligro de asaltos de las pandillas delictivas, calificadas por el presidente Mohammadu Buhari como “enemigos de la humanidad”.
Además de los ataques de las pandillas, Nigeria enfrenta los ataques y atentados del grupo islamista Boko Haram, asentado en el estado nororiental de Borno, y a grupos separatistas en el sureste.
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