Aunque la funcionaria reconoce que no puede hacer nada al respecto, no defenderá la iniciativa si es impugnada en el Tribunal Superior de Justicia, reportó el diario The Times of Israel.
Como parte del reparto de poder tras la reciente victoria electoral, el primer ministro designado, Benjamin Netanyahu, otorgó a Ben Gvir la cartera de Seguridad Interior, que ahora se llamará Seguridad Nacional tras la ampliación de poderes.
Acusado más de 50 veces y condenado ocho por disturbios, vandalismo e incitación al racismo, este último ahora tendrá bajo su control total a la policía y también controlará la policía fronteriza en Cisjordania, que siempre estuvo bajo el mando del Ministerio de Defensa.
Según la normativa que los sectores más reaccionarios quieren aprobar, Ben Gvir sería el encargado de formular las políticas de ese cuerpo, al relegar al comisionado de policía al papel de mero administrador.
The Times of Israel destacó que esa estrategia le permitirá un control casi total sobre ese cuerpo, con el cual estuvo varias veces en desacuerdo, y además, podrá decidir qué temas merecen o no una investigación.
Los planes de nombrar al político para ese cargo levantaron una ola de preocupación en la región y duras críticas de diversos sectores israelíes.
Con un discurso abiertamente racista y antiárabe, Ben Gvir mantuvo durante años en la sala de su casa una foto de Baruch Goldstein, quien asesinó a 29 palestinos en la Cueva de los Patriarcas en 1994.
También militó en el prohibido partido Kach, fundado por el asesinado rabino ultranacionalista Meir Kahane, cuestionado por sus ideas radicales y extremistas, rechazadas incluso por otros políticos de la derecha israelí.
Nombrar a Ben Gvir como ministro de Seguridad Interior es como escoger a David Duke, dirigente histórico del grupo racista Ku Klux Klan como Fiscal General de Estados Unidos, advirtió recientemente el rabino Rick Jacobs.
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