Este sábado fue recordada la masacre más sangrienta ocurrida en la historia moderna de América Latina en El Mozote, donde los miembros del batallón Atlacatl bañaron en sangre la campiña salvadoreña.
Las evidencias están ahí pero según testigos el silencio se convierte en cómplice de la impunidad. «Los que estaban ahí no tenían armas. ¡Si solo eran mujeres, niños y ancianos!», dijo en 2019 un testigo miembro del batallón. «No denuncié esto antes porque si lo hacía, me mataban», dijo otro.
En un hecho sin precedentes, dos exsoldados del Batallón Atlacatl aceptaron, 38 años después, que participaron en un operativo de exterminio de población civil. Ambos exsoldados comparecieron en el juicio sobre la masacre, para colaborar con la Fiscalía en contra de los oficiales militares acusados de planificar y dirigir el operativo.
Las pruebas están ahí. Mientras son mas los que piden a la jueza que ventila el proceso, Mirtala Portillo, y al fiscal general Rodolgo Delgado, que avancen y abran el camino de la justicia.
El tiempo no borrará las huellas que dejó el operativo militar que en diciembre de 1981 acabó con la vida de 989 personas, de ellos más de 500 niños.
Justicia y no impunidad son palabras que se escuchan en el juzgado de Instrucción de San Francisco Gotera.
Los culpables también se encuentran en otro país pues militares estadounidenses asesoraron al Batallón Atlacatl y el uso de fusiles M 16, tal como lo describen los peritajes balísticos practicados en El Mozote, muestran la complicidad de Estados Unidos, hoy autodesignado como en juez de los derechos humanos en el mundo.
¡Si solo eran mujeres, niños y ancianos!, será una frase que se escuchará en misas, actos de recordación tanto en El Mozote como el próximo lunes en la comunidad de La Joya, donde habrá una misa y recorrido por el monumento en honor a las víctimas.
El recuerdo de tanto tragedia también contempla la entrega el próximo 13 de diciembre por el Instituto de Medicina Legal (IML) de 11 osamentas a familiares de víctimas de la masacre, las cuales serán enterradas el día 14 de diciembre.
Ahora cuando se cumplen 41 años de la masacre de El Mozote y lugares aledaños, los familiares de víctimas, sobrevivientes y organizaciones de derechos humanos aún siguen esperando justicia del Estado y que se ponga fin a la impunidad sobre los crímenes de la guerra.
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