De acuerdo con el documento, las mujeres que a menudo abandonan sus hogares para huir de la explotación y el abuso, en su búsqueda de seguridad encuentran la amenaza de la violencia de género, tanto en sus países de origen, como en los de tránsito y destino.
Los datos indican que en América Latina y el Caribe hay más de 19,9 millones de personas desplazadas, de ellas, el 37 por ciento son mujeres y el 12 por ciento niñas.
La investigación de Acnur subraya que si bien los índices documentados de violencia de género en América Latina suelen ser bajos, es sabido que la mayoría de los casos no se denuncian, generalmente por miedo o falta de información de las víctimas.
El estudio plantea que durante su recorrido, la falta de documentación y recursos, y la restricción para cruzar regularmente las fronteras obligan a las mujeres a utilizar rutas cada vez más peligrosas con presencia de grupos criminales y escasa respuesta institucional.
De acuerdo con las mil ocho mujeres encuestadas por la agencia internacional, el 76 por ciento de las que llegaron al país de destino en la segunda mitad de 2021 se sintieron inseguras durante el viaje, un número que supera el 42 por ciento reportado en un sondeo similar hace cinco años.
Cuando llegan al nuevo país, muchas mujeres desplazadas enfrentan pobreza extrema, falta de redes de apoyo, xenofobia, impacto del desarraigo en la salud mental y barreras para acceder al sistema de asilo u otros procedimientos de regularización.
Estos factores, junto con la hipersexualización y cosificación de sus cuerpos, elevan su exposición a la violencia sexual, refiere el texto.
La falta de seguridad y servicios de apoyo se agudiza entre los grupos más vulnerables, como las mujeres indígenas, que muchas veces carecen de acceso a la vivienda y atención médica, la justicia y la protección.
Esta investigación, además, halló que una de cada tres mujeres encuestadas no se siente segura en el país de acogida, y que tres de cada cinco sienten que el covid-19 aumentó el riesgo de sufrir violencia de género.
También, encontró que quienes sufren ese abuso rara vez se acercan a los proveedores de servicios debido a la falta de confianza y al temor de ser revictimizadas, sufrir represalias por parte del perpetrador, o ser detenidas o deportadas.
El director regional de Acnur para América, Diego Samaniego, señaló que el continente afronta una situación de desplazamiento sin precedentes, “que afecta de manera desproporcionada a millones de mujeres y niñas víctimas de violencia, abuso y explotación”.
“Es fundamental prevenir y erradicar todas las formas de violencia de género fortaleciendo la respuesta institucional y empoderando a las comunidades”, enfatizó Samaniego.
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