«No habrá orientación ni para favorecer, tampoco para persecución. Justicia es una necesidad y no se confunde con venganza y persecución», declaró Dino a la prensa nacional, a raíz de varias denuncias que descansan en cortes contra el exmilitar.
El jurista precisó que la Policía Federal (PF) «estará al servicio de la Justicia, y la orientación es la aplicación de la ley. No puede tener protección, fraude, connivencia y condescendencia», indicó.
Por otra parte, aclaró, que «no habrá ningún tipo de delirio persecutorio, incluso contra la familia Bolsonaro. La PF no puede ser instrumento de espectáculo y linchamiento mediático».
Insistió en que la «Policía debe actuar con sobriedad, exención y discreción. Si tiene la intención de estar bajo el foco, debe ir para la actividad política o para la actividad artística».
Durante su declaración, Dino también señaló a Cristiano Zanin, abogado de Lula, como un buen nombre para encabezar el Supremo Tribunal Federal (STF) en la venidera administración.
«A partir del 1 de enero seré asesor del presidente… Estaré cerca para ayudar y para sugerir, de acuerdo con la voluntad del presidente Lula. Conozco bastante la comunidad jurídica, tengo 32 años de actuación profesional en los tres poderes», refirió.
Señaló que conoce a muchas personas y «voy a opinar, pero la decisión es del presidente Lula. Veo muy positivamente el hecho de ver tantos nombres buenos con meses de antelación. No creo que haya grandes sorpresas al respecto. El lado positivo es que hay grandes nombres. Cristiano Zanin es un excelente nombre y hay otros posibles», recalcó.
A partir del 1 de enero, Bolsonaro, rendido en urnas el 30 de octubre por Lula, perderá el llamado foro privilegiado.
Con ese quebranto podría sentarse en el banquillo de los acusados como sujeto ordinario por algunas acciones en trámites en el STF.
Entendidos aseguran que el excapitán del Ejército quedará sin ese beneficio especial por prerrogativa de función, más conocido como foro privilegiado.
Detallan que la protección de la cual gozó hasta ahora está destinada a la función, no a la persona. Por lo tanto, al final de su desgastado mandato, puede ser juzgado.
Bolsonaro pierde además la asistencia jurídica de la Abogacía General de la Unión, responsable de la defensa del Ejecutivo, así como la rapidez y diligencia de la Fiscalía General, catedrática en el archivo de denuncias.
Al menos en el STF debe enfrentar cuatro investigaciones por delitos cometidos en el cargo. De igual manera tiene dos acciones penales, en las que aparece como acusado por incitación a la violación y la injuria.
jcm/ocs
