«De orden, comunico que no hay fecha definida para discusión y votación de la PEC», indica un mensaje a parlamentarios encaminado por el secretario general de la mesa de la Cámara baja, Ruthier de Sousa Silva.
Anteriormente, el 7 de diciembre, el pleno del Senado aprobó por 64 votos a favor y 16 en contra el proyecto.
El texto eleva el techo de gastos para que el próximo gobierno del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva pueda mantener la parcela de 600 reales (112 dólares mensuales) de Bolsa Familia (actual Auxilio Brasil) y financiar otros programas sociales a partir de enero.
La iniciativa resulta la gran apuesta de Lula para cumplir las principales promesas de campaña, entre ellas una parcela adicional de 150 reales (75 dólares) para cada niño de hasta seis años.
Aprobado en primera ronda, el contenido prevé la ampliación del techo en 145 mil millones de reales (alrededor de 27 mil 900 millones de dólares) para acomodar Bolsa Familia y otros programas; validez de dos años para este aumento del presupuesto (2023 y 2024).
De igual manera, tiene plazo hasta finales de agosto para que el Gobierno de Lula envíe al Congreso un nuevo régimen fiscal en sustitución del techo de gastos, una barrera que prohíbe aumentar ese tope por encima de lo que se disipó en el año anterior más la inflación.
Tal aumento de los gastos obligatorios (ejemplo las previsionales) reduce el espacio para consumos opcionales dentro del techo de gastos.
El viernes, el presidente de la Cámara baja, Arthur Lira, determinó que la PEC de la Transición sea anexada a una propuesta cuya tramitación está avanzada.
La finalidad es acelerar la votación del texto, lo que abre el camino para que el Ejecutivo del fundador del Partido de los Trabajadores garantice.
El jueves, el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, afirmó a la prensa que la expectativa es que la Cámara baja apruebe el texto sin hacer cambios.
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