De acuerdo con reportes locales, todas las miradas están puestas en la convocatoria de mañana, a ver si el titular del egislativo, Nabih Berri, la convierte en una sesión de diálogo consultivo para calmar los ánimos, acordar uno o más nombres y tomar el camino del entendimiento.
En este contexto, el diario Al-Anbaa mencionó que sin condiciones previas manifestaron su disposición a asistir el bloque de Desarrollo y Liberación, Lealtad a la Resistencia, Encuentro Democrático, Moderación Nacional, Independiente, los representantes sunitas y el Partido Kataeb.
Mientras, las dos grandes agrupaciones cristianas, la Corriente Patriótica Libre y las Fuerzas Libanesas mantienen en pausa su decisión sobre la intervención en algún diálogo.
De acuerdo con el diario Al-Akhbar, Berri utilizará el primer momento de la sesión para una votación y luego mantendrá reuniones bilaterales con los jefes de los bloques.
Por su parte, el medio Al-Joumhouria reflejó que el diálogo será posible si al menos uno de los principales partidos cristianos está presente, de modo que una mayor representación permitirá formular un acuerdo para elegir al nuevo jefe de Estado de la República.
A nivel externo, Naciones Unidas enfatizó en la urgencia de elegir sin demora al mandatario; en tanto, Francia, Estados Unidos, Arabia Saudita y Qatar mueven fichas en la escena local como tradicionales influyentes, precisaron analistas.
Desde el pasado 29 de septiembre, Líbano intenta nombrar al presidente número 14 después de la independencia; sin embargo, ningún candidato de la comunidad cristiana maronita ha recibido la mayoría de 65 votos requeridos tras el fracaso en nueve sesiones parlamentarias.
Tras seis años en el poder, Michel Aoun concluyó el pasado 31 de octubre su mandato y la nación de los cedros enfrenta su cuarto vacío constitucional, en ausencia de un entendimiento político, agudización del colapso económico y bajo un gobierno interino.
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