Durante el diálogo en esta capital, previsto hasta el próximo jueves, funcionarios norteamericanos promovieron su colaboración con gobiernos e industria de ese continente durante el primer Foro Espacial entre ambas partes de la historia.
Según la Casa Blanca, la colaboración incluirá una financiación de 33 millones de dólares para ayudar a prever las amenazas climáticas que enfrentan comunidades consideradas vulnerables y el supuesto apoyo para la conservación y la transición energética.
De igual forma, el Foro celebró la firma de los Acuerdos Artemis (que establecen normas para lo que sería la exploración y explotación espacial) por parte de Nigeria y Ruanda, los primeros signatarios africanos entre las 23 naciones que suscribieron el tratado internacional.
En otro comunicado, la Mansión Ejecutiva destacó la voluntad de trabajar con gobiernos e instituciones de África para avanzar en objetivos de salud pública, entre ellos el poner fin a la fase aguda de la pandemia de Covid-19 y hacer frente a enfermedades como la malaria y la tuberculosis.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, insistió en varias ocasiones en la importancia de que todos los habitantes del planeta estén protegidos por sistemas de alerta temprana que puedan prever los peligros de las condiciones meteorológicas extremas.
“La población de África, Asia meridional, América del Sur y Central y los habitantes de los pequeños Estados insulares tienen 15 veces más probabilidades de morir a causa de desastres climáticos. Estos desastres desplazan a tres veces más personas que las guerras. Y la situación está empeorando”, dijo el titular.
Guterres también señaló que los compromisos colectivos de los gobiernos del Grupo de los 20 (entre los que aparece Estados Unidos) para contrarrestar el caos climático son pocos y llegan demasiado tarde.
En opinión de analistas, la Cumbre de Líderes con sede en esta capital busca estrechar una relación históricamente desigual y ocurre en un escenario marcado por tensiones geopolíticas, mientras las huellas de Estados Unidos están estampadas en casi medio centenar de bases y puestos militares en África.
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