Los representantes acudirán a la convocatoria después del intento fallido de diálogo del titular del legislativo, Nabih Berri, y el rechazo de los principales partidos cristianos, Corriente Patriótica Libre y Fuerzas Libanesas.
Ante este escenario, expertos locales avizoraron otra derrota parlamentaria como en las anteriores en la que las papeletas en blanco dominaron y ningún candidato logró la mayoría de 65 votos requeridos.
El tablero político mantiene en el juego a los nombres de Michel Moawad, Suleiman Franjieh y al Comandante General del Ejército libanés, Joseph Aoun, como las principales opciones entre la comunidad cristiana maronita a ocupar la presidencia.
Según la Constitución, en la ronda inicial de votaciones, el candidato debe obtener dos tercios o 86 sufragios para ganar; en tanto, de acudir a segunda vuelta el postulante requiere de la mayoría de 65 votos.
Desde el extranjero, el Consejo de Seguridad de la ONU enfatizó en la urgencia de elegir sin demora al nuevo mandatario; en tanto, Francia, Estados Unidos, Arabia Saudita y Qatar mueven fichas en la escena libanesa como tradicionales influyentes, precisaron los analistas.
Líbano sortea la agudización de la peor crisis de su época moderna y las festividades navideñas y de fin de año llegarán opacadas por la elección del presidente de la República número 14 después de la independencia.
Desde la noche del 31 de octubre, la nación levantina atraviesa por el cuarto vacío de poder, luego de la conclusión del mandato de seis años de Michel Aoun, sin consenso político y bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales.
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