Como un guion de las anteriores, ningún candidato logró la mayoría requerida de 65 votos y el titular del legislativo, Nabih Berri, levantó el plenario sin anunciar la fecha de la próxima convocatoria.
Un total de 109 diputados acudieron a la sesión y nuevamente el representante Michel Moawad encabezó las preferencias con 38 papeletas a su favor, una más que las emitidas en blanco; en tanto el resto de los sufragios apoyaron diferentes nombres y tres documentos quedaron invalidados.
El encuentro estuvo presidido por el intento fallido de diálogo del presidente Berri, ante el rechazo de los principales partidos cristianos, Corriente Patriótica Libre y Fuerzas Libanesas.
De acuerdo con reportes locales, la décima convocatoria para elegir al próximo mandatario de la República constituyó la última del año y se espera el retorno al legislativo no antes del 10 de enero.
Ante la prolongación de la vacancia de poder, el primer ministro interino, Najib Miqati, reafirmó el compromiso constitucional, nacional y moral del gobierno para continuar con la labor de administrar los asuntos del Estado y atender los expedientes urgentes.
El jefe del gabinete llamó a todos a abordar las problemáticas nacionales con un espíritu de responsabilidad, lejos de la terquedad, la arrogancia y el intento de tomar al país como rehén de consideraciones políticas.
Desde el pasado 29 de septiembre, Líbano intenta designar al nuevo representante de la comunidad cristiana maronita en desempeñar el cargo de jefe de Estado, en medio de la ausencia de consenso político y el agravamiento de las condiciones de vida.
Luego de seis años en el poder, Michel Aoun concluyó el pasado 31 de octubre su mandato y la nación de los cedros enfrenta el cuarto vacío constitucional después de la independencia.
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