Al intervenir en el segmento de alto nivel de la XV Reunión de la Conferencia sobre Diversidad Biológica de la ONU (conocida como COP15), la vicetitular reconoció que en los últimos días los participantes del evento realizaron negociaciones y avanzaron en cuestiones para la cooperación técnica y científica.
Sin embargo, “aún queda mucho por hacer, y el tiempo se acaba”, dijo.
La también presidenta del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible llamó a aprobar el pacto mundial para detener la pérdida de especies e identificar las transiciones ecológicas necesarias para “poner a la humanidad en la senda de vivir en armonía con la naturaleza”.
También remarcó la urgencia de que los países desarrollados apoyen a otras naciones con recursos financieros, conocimientos técnicos y capacitación, para garantizar que el Marco pueda aplicarse de forma justa.
Según señaló Mohammed, ello es especialmente importante para los Estados en vías de progreso, que albergan gran parte de la biodiversidad mundial y soportan un coste desproporcionado por la pérdida gradual de esta.
Además, entre las prioridades mencionó tener una mayor claridad sobre cómo se compartirá equitativamente la riqueza resultante de los avances en las tecnologías de secuenciación genética y sus aplicaciones comerciales.
“Los pueblos indígenas y las comunidades deben beneficiarse de los avances basados en plantas y animales recolectados en sus territorios”, apuntó la autoridad.
Mohammed recordó que el mundo natural, y por extensión el futuro de la humanidad, está en una encrucijada, luego de que la acción del hombre destruyó bosques, degradó tierras, contaminó aguas, sobreexplotó los recursos del planeta y alteró el equilibrio climático.
En ese contexto, urgió a “poner fin a nuestro asalto al mundo natural y empezar a valorar los múltiples beneficios que el medioambiente proporciona a todos los sectores de la sociedad”.
La COP15 tiene lugar en esta ciudad canadiense desde el 7 de diciembre y hasta el próximo lunes, con una agenda centrada en el marco que guiará las acciones en todo el mundo hasta 2030 e incluye cuestiones como la restauración de entornos naturales y la reducción de pesticidas.
Los delegados y organizadores esperan que esta cumbre tenga un impacto más duradero que su edición de 2010, cuando los gobiernos acordaron metas consideradas muy ambiciosas para el 2020, como la reducción a la mitad de la pérdida del hábitat natural y la implementación de planes para el consumo y producción sostenibles.
Sin embargo, un reporte de la ONU publicado en 2020 mostró que no se cumplió por completo ni un solo objetivo, y que un millón de especies de plantas y animales ahora están en peligro de extinción.
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