De acuerdo con el canal de televisión Mega TV, el escándalo, en el cual fue arrestada la vicepresidenta del PE Eva Kaili, de la bancada socialdemócrata de ese órgano, junto a otras seis personas, podría salpicar hasta 60 eurodiputados en la medida que avance la pesquisa.
En su mayoría, los miembros de la Euroacámara implicados pertenecen a los grupos socialdemócratas y conservadores, acusados de aceptar supuestos sobornos por parte de Qatar para influir positivamente en ese órgano sobre opiniones del país árabe.
Sin embargo, el canciller federal alemán, Olaf Scholz, llamó a evitar una vinculación del caso de corrupción, en el cual ya se requisaron al menos un millón 200 mil euros, con las relaciones de la Unión Europea (UE) con Qatar en general.
Medios de prensa llaman la atención aquí que, pese a la actual condición de Qatar como alternativa para la compra de gas en la UE, después del efecto bumerán de su aplicación de sanciones contra Rusia, algunos funcionarios comunitarios aprovechan para atacar a Doha.
En ese sentido, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, espetó que se trataba de un ataque entre sombras, cuya gran lección consiste en apuntar hacia la amenaza que representan para la democracia las monarquías del Golfo Pérsico.
Las declaraciones de Von der Leyen se conocen después que la Organización de Países Exportadores de Petróleo más Rusia se pronunciaron por mantener la reducción vigente de la producción de crudo, en medio de las presiones de Occidente para aumentarla.
La UE acaba de aprobar un noveno paquete de sanciones contra Rusia, el cual incluye la intención de poner tope a los precios del gas, además de los impuestos a las tarifas petroleras.
En la prensa belga los politólogos también se refieren a las causas que pudieron dar pie al mencionado caso de corrupción en las estructuras comunitarias.
Así, se habla, por ejemplo, de que el PE carece de un aparato específico para vigilar la corrupción, aunque ofrece sermones de lucha contra ese flagelo a países como Hungría, al cual privó por esa causa de unos 13 mil millones de euros de un programa de apoyo pos-covid.
De igual forma, los miembros de la Eurocámara pueden ser, al mismo tiempo, eurodiputados y consultores privados, mientras que los funcionarios de la Comisión Europea, al término de su mandato, pueden trabajar en empresas de esferas que ellos investigaron antes.
Además, tampoco existen reglas de los parlamentarios europeos para informar sobre sus citas con representantes de otros países.
De acuerdo con el diario Le Soir, la trama directa del escándalo involucra al asistente parlamentario Francesco Giorgi, compañero sentimental de Kaili, a quien se le retiró la inmunidad parlamentaria.
El también jefe de la Organización No Gubernamental «No peace without justice» confesó su culpa, después de más de una decena de operaciones de la policía, tanto en Francia como en Grecia, y habló de cómo llevó por años el control del dinero del soborno.
Las autoridades involucradas en la investigación, que abarca a órganos de inteligencia de al menos cinco países, sobre todo Bélgica, Grecia e Italia, hallaron unos 160 mil euros en la casa de Kaili, quien debió abandonar las filas de su partido griego Pasok.
Otro de los implicados es Luca Visentini, secretario general de la Confederación Sindical Internacional, con 32 grandes centrales gremiales y 200 millones de afiliados de 163 países.
El escándalo por corrupción parece plantear un desafío al PE, cuya reputación como presunta «conciencia» de la UE queda esta vez en entredicho, cuando aún faltan aristas por investigar de esta nueva zaga de sobornos y tráfico de influencias.
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