La víspera, los llamados aeronautas paralizaron el servicio en los aeropuertos de Congonhas (Sao Paulo, capital), Santos Dumont y Galeão (Río de Janeiro, capital), Guarulhos (Sao Paulo), Viracopos (Campinas, Sao Paulo), Porto Alegre (Rio Grande do Sul), Confins (Minas Geraias), Brasilia y Fortaleza (Ceará).
Según la Empresa Brasileña de Infraestructura Aeroportuaria (Infraero), en la terminal aérea de Sao Paulo/Congonhas hubo nueve vuelos atrasados en la salida, cinco en la llegada, siete cancelados en la partida y cinco al arribo.
En el aeródromo de Río/Santos Dumont fueron 14 vuelos retrasados en la salida, 11 en la llegada, cuatro rescindidos en la partida y cuatro en la venida.
Para el Sindicato Nacional de Aeronautas (SNA), «el movimiento fue positivo en esos cuatro días de huelga, dentro de los límites determinados por la Justicia».
Confirmó que el paro continúa este viernes, en el mismo horario (06:00 a 08:00, hora local), «a no ser que las empresas presenten una propuesta para renovación de la convención colectiva de la categoría», indicó el SNA en un comunicado enviado a la estatal Agencia Brasil.
Precisó que «los aeronautas están desde finales de septiembre negociando y todas las propuestas enviadas por el sindicato patronal no eran acordes con la pauta de reivindicaciones de la categoría, por eso fueron rechazadas».
El SNA aclaró que sigue «abierto a las negociaciones, esperando que las empresas envíen una nueva propuesta, mínimamente aceptable. Si hay una propuesta, se pondrá a votación y, si se aprueba, la huelga termina, de lo contrario continúa por tiempo indefinido».
Por su parte, en otra nota de prensa, divulgada el 20 de diciembre, el Sindicato Nacional de las Empresas Aerovías (SNEA) destacó los impactos económicos sufridos por las compañías aéreas a causa de la pandemia de Covid-19, la devaluación del real frente al dólar y el conflicto en Ucrania, lo cual causó un aumento del precio del petróleo.
Indicó que, desde los primeros días de octubre, el SNEA inició las negociaciones con el SNA para preservar los derechos de los tripulantes, extendiendo la validez de la Convención Colectiva de Trabajo vigente hasta el final de las negociaciones, y garantizar los viajes, especialmente durante la temporada alta.
Además, «una vez concluidas las negociaciones directas entre sindicatos, el pasado fin de semana las compañías aéreas acataron una propuesta de mediación elaborada por el Tribunal Superior del Trabajo, pero fue rechazada por el SNEA».
jcm/ocs