En un contexto marcado por el temor creciente a la desaceleración de la demanda de metales industriales, liderada por China como principal consumidor, el metal rojo tocó un valor de ocho mil 389 dólares la tonelada cerca del mediodía.
Previamente, esta materia prima muy utilizada en los sectores de la energía y la construcción, alcanzó un precio máximo de dos semanas, de ocho mil 520 dólares.
En otros metales básicos, el aluminio operó plano a dos mil 381 dólares la tonelada; el zinc cayó un 0,2 por ciento, a dos mil 999 dólares; el estaño cedió un 0,1 por ciento, a 24 mil 700 dólares; y el níquel restó un 2,4 por ciento, a 29 mil 700 dólares.
Por el contrario, el plomo ganó un 1,9 por ciento, a dos mil 260 dólares la tonelada, tras alcanzar el miércoles los dos mil 302,5 dólares, su nivel más alto desde el 5 de mayo.
Según expertos, el mercado de metales entrará a 2023 intentando calibrar el impacto en la demanda de la desaceleración del crecimiento mundial y varias economías clave entrarán en recesión.
A esto se suma el rebrote de Covid-19 en China con la paralización económica derivada, que conferirá un peso elevado a la demanda en la determinación de la dirección de los precios.
Durante los últimos meses, la preocupación por los suministros y unas existencias históricamente bajas subieron los precios del cobre casi un 30 por ciento desde el 29 de septiembre.
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