La nación asiática solo considera fallecidos por esa causa a quienes sufren complicaciones respiratorias o neumonía debido a la infección con el coronavirus SARS-CoV-2, pero Liang Wannian, directivo de la Comisión Nacional de Salud, dijo que el estándar es científico y acorde con las normas internacionales.
Según su colega Jiao Yahui, el país adoptó ese criterio desde 2020 y comparte la información sobre los muertos en concordancia con sus leyes y regulaciones.
Mientras, Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del Centro nacional de Control y Prevención de Enfermedades Infecciosas, indicó que su entidad trabaja en la evaluación del “posible exceso de mortalidad” por la Covid-19 durante la actual oleada y prevé publicar los resultados en el futuro.
De esa manera determinarán si existe o no una subestimación en la contabilidad de pacientes fallecidos por la patología.
Desde que China días atrás esclareció la forma como identifica los decesos por Covid-19, surgió una controversia e incluso la Organización Mundial de la Salud consideró el método demasiado limitado.
La nación oriental dejó de reportar las cifras de casos y la mortal, pero las noticias hablan de millones de contagiados y muchos fallecidos cada día en medio del rebrote actual, así como de la sobresaturación de los servicios en los hospitales, funerarias y crematorios.
Por ejemplo, Beijing confirmó que continúa con un alza de pacientes en estado crítico, en su mayoría son ancianos y la situación obligó a multiplicar esfuerzos para ampliar la atención en las instituciones de salud y a convocar a empleados del sector estatal a donar sangre.
Autoridades estiman que más del 80 por ciento de los 23 millones de residentes de la capital china se infectó y un cuatro por ciento desarrolló el fenómeno de “pulmones blancos”, una condición severa de neumonía.
De acuerdo con el diario Global Times, el gobierno municipal pidió al personal de salud que se enfermó y tiene síntomas leves que siga trabajando y convocó a los retirados en los últimos cinco años, a reincorporarse.
Este mes China revolucionó el mecanismo sanitario, desmontó muchas medidas y simplificó otras en función de garantizar el crecimiento socioeconómico y erradicar prácticas polémicas que causaron malestar en la población y destaparon protestas sin precedentes en noviembre.
El próximo 8 de enero degradará el manejo de la enfermedad, cesará la cuarentena a los pasajeros internacionales, restaurará la entrega de pasaportes y la concesión de visas.
Pero al mismo tiempo sufre el resurgimiento más violento de la Covid-19 desde 2020 en Wuhan y expertos lo atribuyen a la continua mutación del coronavirus, la llegada del invierno y la caída de la respuesta inmune en las personas vacunadas.
Recientemente trascendió que solo en los primeros 20 días de diciembre hubo 250 millones de infectados, o sea el 18 por ciento de la población, los pronósticos hablan de tres oleadas hasta mediados de marzo y auguran un pico de dos millones de muertes.
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