Un equipo de investigadores dirigido por Emmanuel Stamatakis, científico del ejercicio de la Universidad de Sídney, Australia, descubrió que realizar tres sesiones diarias de un minuto de actividad física intensa puede reducir el riesgo de muerte hasta en un 40 por ciento.
Estos breves pero vigorosos periodos de acción reducían también las probabilidades de morir de cáncer o enfermedades cardiovasculares, citó un artículo de National Geographic.
Para maximizar los beneficios para la salud, Stamatakis recomendó aumentar la intensidad de las actividades cotidianas.
Subrayó que los resultados para la salud de hacer ejercicio regularmente cuatro o cinco veces por semana, por ejemplo, son obviamente superiores.
El impacto que tienen las breves ráfagas de actividad física de alta intensidad son también reconocidas por Edward Coyle, fisiólogo del ejercicio de la Universidad de Texas, Estados Unidos, quien analizó cómo estas pueden contrarrestar los efectos nocivos de permanecer sentado durante periodos prolongados.
Tras realizar un experimento en el que adultos jóvenes pedaleaban en una bicicleta estática lo más rápido que podían cinco veces cada hora para realizar sprints de cuatro segundos durante un periodo de ocho horas, su equipo observó que esta actividad mejoraba el metabolismo de las grasas.
«Me sorprendió comprobar lo eficaces que eran estas rachas de cuatro segundos. Son igual de eficaces que 30 minutos de ejercicio continuo», afirmó Coyle.
En sus investigaciones los expertos concluyeron que las personas que realizaban al menos cuatro sesiones diarias de actividad física de alta intensidad, de uno a dos minutos de duración, tenían casi un 40 por ciento menos de riesgo de morir de cáncer y un 49 por ciento menos de probabilidades de fallecer de una enfermedad cardiovascular.
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