«Nuestra tarea es una tarea ardua, pero es una tarea noble. Tendremos que entregar este país mejor», afirmó Lula ante sus 37 ministros.
Sin mencionar a ningún titular específicamente, el fundador del Partido de los Trabajadores señaló que no dejará a ninguno «en medio de la carretera» a lo largo de su administración.
«Estad seguros de que os apoyaré a cada uno de vosotros en los momentos buenos y en los malos. No dejaré a ninguno de ustedes en medio del camino, no dejaré a ninguno de ustedes», recalcó.
Insistió en que fueron llamados para encabezar carteras «porque tienen competencia» y resultaron «designados por las organizaciones políticas que ustedes pertenecen, y yo respeto mucho eso», indicó.
Refirió que tratará a los subordinados como hijos, apoyando, pero exigiendo «mucho trabajo».
Según el exsindicalista, quien haga algo mal será invitado a retirarse.
«Quien hace mal, sabe que tiene solo una manera, la persona será simplemente, de la forma más educada posible, invitada a dejar el Gobierno y, si cometió algo grave, la persona tendrá que ponerse delante de las investigaciones y de la propia Justicia», aclaró.
De acuerdo con Lula, su dirección no es de pensamiento único y llamó a alcanzar ideas convergentes para reconstruir al gigante suramericano y «volver a vivir en democracia» tras el «gobierno autoritario» del derrotado mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro.
En su discurso, el exdirigente obrero destacó la importancia de una buena relación con el Legislativo.
Manifestó tener orgullo de montar un equipo de políticos y que no sirve de nada tener un gobierno compuesto por técnicos calificados, pero no conseguir votos en el Congreso.
«Debemos saber que el Congreso nos ayuda. Nosotros no mandamos en el Congreso, nosotros dependemos del Congreso y, por eso cada ministro tiene que tener la paciencia y la grandeza de atender bien a cada diputado, a cada senador, a cada senadora que lo busque», apuntó.
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