Las acciones de recordación y homenaje se reiteran en el tiempo en la región, donde desde marzo anterior plantaron un árbol en el mismo lugar del siniestro, como memorial perenne del incidente, recordó el gobernador especial de la ciudad de Shahriar, Amir Abás Shafizade.
“La tragedia del accidente del avión ucraniano y la muerte de un grupo de nuestros queridos compatriotas, que en general eran jóvenes élites, pesa en nuestros corazones y en los de la nación iraní, como el primer día”, lamentó el jefe del Parlamento de Irán, Mohamad Baqer Qalibaf.
Durante todo el fin de semana se realizaron actos simbólicos de tributo a la memoria de las víctimas del accidente de enero de 2020, cuando un Boeing 747 ucraniano, con 176 pasajeros y miembros de la tripulación a bordo, fuera derribado por error por la defensa antiaérea iraní.
Justo seis minutos después de despegar del Aeropuerto Internacional Imam Jomeini de Teherán rumbo a Kiev, la nave de la compañía Ukraine International Airlines se estrelló.
Las Fuerzas Armadas de Irán confirmaron que el avión fue derribado por misiles “de manera involuntaria” y por un “error humano”, aunque desde Ucrania, no obstante, alegaron que se trataba de un “ataque intencional y consciente”.
Hasta el presente se realizaron seis sesiones judiciales en esta capital respecto al accidente, con la participación de los acusados y familiares de las víctimas.
Tras más de ocho meses de investigaciones, el informe desclasificado por Canadá sobre las circunstancias y causas de la tragedia confirmó las alegaciones de Irán al sentenciar que “el equipo forense no encontró evidencia alguna de que el derribo del vuelo PS752 fuera premeditado”.
El documento, redactado en base a la evidencia y la inteligencia disponibles, contradijo un fallo emitido antes por un tribunal canadiense que responsabilizaba a Teherán del derribo “intencionado” de la aeronave y tachaba lo ocurrido como un “acto de terrorismo”.
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