Los docentes iniciaron el lunes una huelga general en las escuelas públicas para exigir el pago total de las cuotas económicas de años anteriores, la falta de decisión sobre la tarifa de transporte, la ausencia de incentivos y un aumento salarial.
En encuentro con el jefe del gobierno interino, Najib Miqati, el titular del sector, Abbas Halabi, presentó las demandas para modificar los sueldos y asuntos en la educación formal, así como pagar el subsidio de transporte para contratistas.
La autoridad insistió en trabajar por un rápido rescate del año escolar, el regreso de los estudiantes a las escuelas y la reanudación de las funciones educativas de los profesores.
En la ocasión, el jefe del Sindicato de Maestros en Escuelas Privadas, Nehme Mahfouz, pidió una unidad en la legislación, aumentar los salarios de los docentes jubilados y mismo tratamiento que sus compañeros de los centros públicos.
Durante la reunión, el director general de Educación, Imad Al-Ashqar, anunció la suspensión de las clases vespertinas en las escuelas públicas para los no libaneses, de acuerdo con el principio de igualdad.
En este escenario, centros e institutos profesionales y técnicos oficiales de la gobernación sureña de Nabatiyeh reafirmaron su compromiso con la huelga convocada por las asociaciones para exigir sus derechos y cerraron las puertas a los estudiantes hasta nuevo aviso.
Al mismo tiempo, el comité de estudiantes de Líbano lamentó el estado actual del sector educativo oficial como consecuencia de la ausencia de una gestión eficaz y racional de la crisis.
Denunció la presión política ejercida sobre algunas asociaciones de profesores y pidió al Ministerio de Educación declarar estado de emergencia e invitar a docentes, padres de familia, estudiantes y representantes de agencias y organismos donantes a una reunión abierta hasta lograr una solución que satisfaga a todas las partes.
De acuerdo con estimaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, el 16 por ciento de los niños libaneses abandonaron la enseñanza en los últimos tiempos, mientras el 49 por ciento de los infantes refugiados sirios no están matriculados en la educación básica.
En septiembre pasado, el representante de Unicef en Beirut, Edward Beigbeder renovó su llamado al gobierno libanés para que continúe con su compromiso con los niños, los maestros y las escuelas y tomar medidas prácticas inmediatas para garantizar una educación de calidad, segura e inclusiva.
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