La víspera, el canciller de Chile, Teodoro Ribera, anunció que “estamos tomando medidas para que personas que están en las zonas central y sur del país, de nacionalidad boliviana, no puedan viajar al norte porque no tenemos capacidad para albergarlos, y tampoco queremos llevar al norte un riesgo de mayor contagio” por Covid-19.
En punto de prensa virtual desde esta capital, Ribera se refirió al tema que ha provocado algunos roces entre los dos gobiernos, pero no precisó qué tipo de medidas tomarán las autoridades de Chile para evitar esos movimientos.
En realidad, producto de la crisis económica agudizada por la pandemia en Chile, muchos bolivianos se han quedado sin empleo por el cierre de las empresas donde trabajaban, y sin otro tipo de ayuda, han optado por retornar a su país.
Actualmente más de 800 bolivianos se encuentran alojados en una instalación educacional en la ciudad de Iquique, capital de la región de Tarapacá, cumpliendo cuarentena para luego pasar a Bolivia, mientras otros permanecen en las afueras del consulado del país altiplánico en esa ciudad.
En tanto más de 300 personas se encuentran en la ciudad de Antofagasta, capital de la región de igual nombre, y un número indeterminado en la localidad de Tocopilla, a la espera de poder retornar a su país.
Esa situación ha rebasado la capacidad de las localidades fronterizas para albergar y ayudar a las personas que se han concentrado.
El canciller Ribera indicó que “muchos países han cerrado sus fronteras y con ello impiden que sus ciudadanos puedan retornar, alegando para esa política la necesidad de evitar la expansión de la Covid-19.
Recordó que Bolivia cerró sus fronteras y solo permitió que 450 personas pudieran ingresar a la localidad de Pisiga, donde permanecen en cuarentena.
Explicó que eso provocó que cientos de personas se aglomeraran en la localidad fronteriza chilena de Colchane, tratando de llegar a Bolivia, y tras permanecer allí durante varios días sin condiciones elementales para su subsistencia debieron ser trasladadas a Iquique donde recibieron albergue y alimentación ofrecida por la Organización Internacional de Migración.
Finalmente, se acordó que el gobierno boliviano reconocerá el período de cuarentena que sus ciudadanos hayan hecho en territorio chileno y a partir del sábado se espera que comiencen a viajar los primeros a Pisiga para hacer allí siete días más de cuarentena.
Según reportó Radio Biobío, la alcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo, pidió a la Cancillería poder coordinar con el gobierno ayuda para cubrir las necesidades básicas de las personas y realizarles exámenes para descartar posible contagio por Covid-19, y acelerar la recepción de las personas en sus respectivos países.
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