La Embajada de Nicaragua en Cuba rindió solemne homenaje por el aniversario 156 del natalicio de quien veneran como el “Héroe de la Independencia Cultural”, al que asistieron funcionarios e intelectuales del patio, representantes del cuerpo diplomático y nicaragüenses residentes en la isla.
«Lo exaltamos por su grandeza, esplendor y genialidad; lo recordamos como poeta, ensayista, diplomático, escritor político, crítico de la injusticia social y, sobre todo, antimperialista», manifestó el embajador Alejandro J. Solis al rendirle tributo.
Félix Rubén García Sarmiento, más conocido como Rubén Darío, nació el 18 de enero de 1867, se destacó como poeta, periodista y diplomático, dejando un amplio legado a través de sus obras.
Como intelectual rechazó el estilo de la prosa hispánica y buscó en la francesa el talante para desarrollar su obra, en particular en los ideales literarios de Francia, y con ello aportó una renovación artística en la literatura de Hispano-América, conceptualizado como modernismo.
Posteriores poetas modernistas escribieron sobre sus pasos. Incluso Jorge Luis Borges, Antonio Machado, Pablo Neruda y Octavio Paz reconocieron el gran valor de su obra.
Siendo un adolescente viajó a El Salvador donde se acercó a la lírica francesa e intentó adaptar el verso alejandrino franco a la métrica castellana, lo que terminó siendo uno de los rasgos distintivos de la poesía modernista, recuerdan los estudiosos.
En Chile, Darío siguió ampliando su bagaje periodístico y publicó su primera obra escrita en versos, titulada “Abrojos”; y en 1888 sale a la luz el poemario “Azul”, considerado el punto de partida del modernismo y su producción más emblemática.
Destacaron otros tres de sus trabajos: “Prosas profanas” (1896), “Cantos de vida y esperanza” (1905) y “La vida de Rubén Darío” escrita por él mismo (1914).
Fue un hombre apegado a la realidad en que vivió como singular fue su filosofía de vida: “Creo en Dios, me atrae el misterio; me abisman el ensueño y la muerte; he leído muchos filósofos y no sé una palabra de filosofía. Tengo, sí, un epicureísmo a mi manera: gocen todo lo posible el alma y el cuerpo sobre la tierra, y hágase lo posible para seguir gozando en la otra vida”, aconsejó.
Al resumir su obra y vida, la vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo expresó en otro homebaje que “Rubén Darío nos dejó un legado de poesía, de verdad y también de lucha, porque en gran cantidad de poemas suyos está plasmado el compromiso de luchar contra el odio, contra la guerra, contra las angustias del corazón del mundo”.
mh