Tras la colisión frontal de dos vehículos el lunes pasado, con saldo de 19 muertos y decenas de heridos, para un total de 60 víctimas fatales en apenas días, el gobierno senegalés anuncio decisiones con fuerza de ley, entre ellas límites de velocidad a los ómnibus y la prohibición de importar neumáticos usados.
Además, en lo sucesivo los vehículos de transporte colectivo de pasajeros no podrán circular en el horario nocturno, entre otras decisiones que los gremios califican de “fuera de contacto con la realidad”, además de quejarse de no haber sido consultados antes de ponerlas en vigor.
La dureza de las restricciones gubernamentales están apoyadas en estadísticas del Banco Mundial según las cuales Senegal, con sus 17 millones de habitantes, muestra el negativo récord anual de 24 muertos en accidentes de tráfico por cada 100 mil habitantes.
A las desastrosas catástrofes carreteras en África se suman los mortíferos accidentes en los ríos de los cuales no hay estadísticas actualizadas, pero suman cientos de víctimas fatales todos los años.
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