El encuentro en el King Fahd International Stadium no defraudó a las decenas de miles de personas presentes, en buena medida motivadas por ser testigos presenciales del probable duelo final entre los dos futbolistas que denominaron al más universal de los deportes en los últimos 15 años.
Leo abrió la pizarra apenas en el minuto tres contra la selección de los clubes Al-Nassr y Al-Hilal, para un PSG que no guardó a nadie, aunque casi todos los convocados jugaron, y mandó a la cancha a su estelar tridente Messi-Kylian Mbappé-Neymar.
La respuesta de CR7 llegó para deleite local en el minuto 34 de penalti, con el portugués otra vez en el papel de héroe cerca del fin de la primera mitad, muy poco después de que el todoterreno Marquinhos pusiera en ventaja a la visita.
En la segunda parte, los parisinos contaron con dianas de Sergio Ramos, Mbappé y Hugo Ekitike, pese a jugar con un futbolista menos desde el minuto 39 por la expulsión del lateral Juan Bernat.
La jornada perfecta para el tridente galáctico rojiazul se escapó por el penalti que falló Neymar antes del descanso.
Más allá de las consideraciones sobre si la gira del PSG, que ayer entrenó en público en Doha, fue fútbol o fue negocio, resultó hermoso volver a ver frente a frente en la cancha a Messi (35 años) y Cristiano (37), dos de los más grandes jugadores de todos los tiempos.
El saludo entre los dos cracks quedará para la historia, un honor del que siempre podrá vanagloriarse Riad, pese a no ser una plaza futbolística de renombre.
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