Ese acto es un insulto intencional a los sentimientos de todos los musulmanes, afirmó en un comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados de esta nación.
La Cancillería advirtió sobre las repercusiones del incidente al señalar que crea divisiones en las sociedades y daña los principios de libertad de religión.
Reafirmamos nuestra postura en defensa del diálogo, la tolerancia y la coexistencia, subrayó.
El ministerio renovó su llamado a rechazar el extremismo y difundir valores de hermandad entre los pueblos.
Durante una protesta celebrada la pasada semana en Estocolmo contra Türkiye, Rasmus Paludan, dirigente del partido político danés de extrema derecha Hard Line, quemó una copia del Corán frente a la embajada de Ankara.
El incidente provocó una ola de repudio en diversas latitudes, en especial en las naciones musulmanes.
Al respecto, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, denunció el hecho al considerar que “la libertad de expresión no debe ser un pretexto para que los extremistas enciendan el fuego del odio entre seguidores de diferentes religiones”.
La Organización de Cooperación Islámica, el Consejo de Cooperación del Golfo, y Liga Musulmana Mundial también condenaron la profanación.
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