Según el portal G1, también el ministro dio ese tiempo para que el exmilitar se manifieste acerca de la intentona golpista de sus adeptos radicales y los actos de vandalismo perpetrados el 8 de enero en las sedes del Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y la Presidencia, en Brasilia.
Durante las acciones terroristas, los seguidores del excapitán del Ejército gritaban contra el resultado en urnas y sin indicios calificaban de amañada la elección del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El plazo para el esclarecimiento empezará a contar a partir de la notificación. El despacho de Gonçalves cumple con una solicitud de la campaña de Lula. Además de Bolsonaro, se comunicará la demanda al exministro de Defensa Walter Braga Netto, al senador Flávio Bolsonaro y al diputado Eduardo Bolsonaro.
Tal petición fue hecha dentro del proceso sobre el uso indebido de los medios de comunicación y abuso de poder político.
Al activar el TSE, la campaña de Lula cita que hubo una publicación hecha por Bolsonaro, en su perfil oficial en redes sociales, cuestionando el resultado de las justas comiciales de octubre.
La publicación se hizo después de los ataques del 8 de enero y se borró después de estar en el aire aproximadamente dos horas, como revela el sitio, que asegura, asimismo, que incluía un video.
En el audiovisual, un fiscal del estado de Mato Grosso do Sul divulga tesis infundadas y desmentidas oportunamente sobre el polarizado sufragio.
Por ejemplo, manifestó que el pueblo brasileño no tiene poder sobre el proceso de conteo de los votos, algo incierto porque este arqueo es público y fue detallado por el TSE en varias ocasiones.
Los boletines de votación fueron publicados en Internet y hasta la fecha no hay una sola sospecha de fraude detectada.
Como abanderado del Partido de los Trabajadores, Lula derrotó por estrecho margen en la segunda vuelta de referendo del 30 de octubre a Bolsonaro, quien codiciaba reelegirse representando el Partido Liberal.
El excapitán del Ejército, quien vacaciona desde finales de diciembre en Estados Unidos, sigue sin reconocer su descalabro en las urnas.
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