Según el organismo la cantidad de individuos que necesitan ayuda humanitaria aumentó en casi una cuarta parte en comparación con 2022, a un récord de 339 millones.
Actualmente la OMS responde a un número sin precedentes de emergencias sanitarias cruzadas: desastres relacionados con el cambio climático, como las inundaciones en Pakistán y la inseguridad alimentaria en todo el Sahel y en el Gran Cuerno de África, la guerra en Ucrania.
También mencionó el impacto en la salud de los conflictos en Yemen, Afganistán, Siria y el norte de Etiopía.
Estas situaciones se superponen con las interrupciones del sistema de salud causadas por la pandemia de la Covid-19 y los brotes de sarampión, cólera y otras enfermedades mortales.
En opinión del doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, “esta convergencia de crisis sin precedentes exige una respuesta sin precedentes”.
“Más personas que nunca enfrentan el riesgo inminente de enfermedades y hambre y necesitan ayuda ahora. El mundo no puede mirar hacia otro lado y esperar que estas crisis se resuelvan solas”, remarcó.
En este contexto instó a los donantes a ser generosos y ayudar a la OMS a salvar vidas, prevenir la propagación de enfermedades dentro y fuera de las fronteras, y apoyar a las comunidades en su reconstrucción.
En estos momentos la OMS responde a 54 crisis de salud en todo el mundo, 11 de las cuales están clasificadas como de Grado III, el nivel más alto de emergencia de la organización.
En 2022 la entidad proporcionó medicamentos, suministros, capacitación para médicos y trabajadores de la salud, vacunas, vigilancia mejorada de enfermedades, clínicas móviles, apoyo para la salud mental y consultas sobre salud materna, entre otras ayudas.
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