El alto funcionario dijo que ello explica la extensión de la emergencia agropecuaria hasta abril, con posibilidades de llevarla más allá si continúa la situación actual.
Durante una comparecencia televisiva apuntó que Uruguay no escapa a un clima más variable y a fenómenos meteorológicos cada vez más extremos.
Resulta un proceso de tres años de déficit hídrico que afecta los caudales hídricos, lo cual golpea a todos los productores, incluso a aquellos que invirtieron el año anterior en sistemas de riego para atender más de ocho mil hectáreas, añadió.
Detalló que la seca afecta al ganado de cría, pues en plena etapa reproductiva las vacas no están en condiciones para la concepción por falta de forraje y agua. “Por lo cual el animal no cicla”, dijo.
Al respecto indicó que en caso de que este fenómeno implique al 10 o 15 por ciento del procreo, entonces serán unas 300 mil cabezas de ganado nuevas menos.
Mattos auguró pérdidas económicas tanto para los productores como para el país.
Habrá menos producción, menos servicios asociados y procesamiento industrial. Pero tenemos que esperar un poco para evaluar los daños que afectan a todos los rubros y territorios, apuntó.
El ministro indicó que están en funcionamiento una veintena de medidas del MGAP, el Gobierno, las Fuerzas Armadas y el Banco de la República para afrontar la coyuntura provocada por la sequía.
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