Al intervenir en la Cumbre, con sede en Buenos Aires, Abinader también expresó que los gobiernos y pueblos latinoamericanos están obligados a defender los espacios democráticos alcanzados en los últimos años en la región.
“Es nuestra obligación como Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños condenar los actos violentos y vandálicos contra el gobierno legítimo y constitucional del presidente Lula (Luiz Inácio Lula da Silva) en Brasil, que buscaban subvertir la voluntad expresada libremente en las urnas por el pueblo brasileño”, dijo.
Asimismo, manifestó que es necesario hablar con firmeza y convicción sobre la defensa de los principios democráticos y profundizar en un diálogo sincero y bien documentado para sacar enseñanzas positivas y mejorar la confianza y cooperación entre los países del área.
Recordó que Latinoamérica cuenta con un legado heroico de lucha por la libertad, la democracia y los derechos humanos, y, resaltó también, ha alcanzado un importante grado de paz y estabilidad, lo cual permitió en mayor o menor medida enfocarnos en el desarrollo humano y el progreso social de nuestros ciudadanos.
Por otra parte, el jefe de Estado se refirió a la crisis en Ucrania, y consideró lo que sucede allí como una amenaza a la estabilidad global, que aviva los conflictos ideológicos, promueve una nueva carrera armamentista y genera inseguridad alimentaria.
También en su intervención apoyó la propuesta del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, de crear una Agencia Latinoamericana de Medicamentos, pues es algo fundamental «para los que pasamos gravísimos problemas cuando enfrentamos a la Covid-19 y sufrimos la ausencia de vacunas».
Finalmente, el mandatario se refirió a la crisis en Haití, y narró cómo la misma es de tal magnitud, que no deja de agravarse, por tanto, la comunidad internacional debe actuar de inmediato.
Agregó, que aún no se ha respondido al llamado del gobierno para crear una fuerza militar robusta la cual permita a la Policía haitiana enfrentar en mejores condiciones a las organizaciones criminales que hoy día controlan de un 60 a un 70 por ciento de Puerto Príncipe y siembran la inseguridad y el desasosiego de ese pueblo.
República Dominicana seguirá ofreciendo al pueblo haitiano todo el apoyo que esté a su alcance, pero, reiteró, “no está en nuestras manos la solución a tan grave problema”, concluyó.
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