Los datos, correspondientes al corte realizado la víspera, sitúan en 947 los fallecidos, de ellos, 27 en las últimas horas.
Por su parte, hay 52 recuperados más, para un acumulado de tres mil 382, suman 18 mil 917 los pacientes activos y se realizaron mil 985 pruebas, un descenso en relación con el promedio diario de más de dos mil desde el 1 de julio, pese a que la meta es cinco mil.
Este domingo, los guatemaltecos amanecieron con toque de queda prolongado, desde las 18:00 «hora local» de ayer hasta las 0:05 de mañana lunes, una medida de confinamiento total probada el 21 y 28 de junio para intentar bajar los altos índices de transmisión de la epidemia, sobre todo en el departamento de Guatemala, con más del 68 por ciento de los infectados.
Desde el 15 de junio, el área metropolitana junto a Sacatepéquez tienen restringida la circulación de vehículos particulares de acuerdo a su chapa (par o impar) y el 29 de junio se incorporaron Quetzaltenango y Escuintla ante incrementos considerables de contagios.
Hoy en la noche se esperaba el tradicional mensaje a la nación del presidente Alejandro Giammattei, pero la Secretaría de Comunicación recién confirmó que no habrá cadena nacional, pues las disposiciones para enfrentar la Covid-19 se mantienen por otra semana más, como adelantó el gobernante el 28 de junio.
Entonces, confirmó por 15 días más el tránsito alterno para los autos, que a su juicio permitió disminuir la movilidad, y la continuidad del horario de toque de queda, con la excepción del 12 de julio, cuando volverá a regir por 24 horas.
Un cambio en las restricciones se esperaba al menos para el municipio de Escuintla, cuyo alcalde solicitó a la ministra de Salud Amelia Flores decretar medidas con carácter de urgencia para detener la propagación de la Covid-19, con mil 445 pacientes positivos, el segundo puesto a nivel nacional.
En una nota enviada a Flores y publicada en sus redes sociales, Amílcar Rivera aboga «por ser más drásticos en la contención, ya que no hacerlo constituye un grave riesgo para la salud de esa comunidad».
Sobre todo, ante la precaria situación en la atención debido a la falta de instalaciones adecuadas, equipo e implementos para resguardar al personal médico, técnico, administrativo y operativo de los centros de asistencia, se lee en su misiva.
Preocupaciones similares también hicieron llegar los jefes ediles de las cabeceras de Quetzaltenango y El Progreso ante pronósticos de que la epidemia pasará en breve de las áreas urbanas a las rurales.
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