Según el reporte, la inflación de ese mes estuvo avalada por los costos de alimentos y combustible. En mayo, la inflación fue de -0,38 por ciento y en abril de -0,31. En junio de 2019, la tasa se había mantenido en 0,01.
«Hubo un alza en los precios de los combustibles que llegó a las gasolineras e impactó en el consumidor final. Esto alteró el grupo de transportes e influyó en la inflación», indicó el IBGE.
El indicador acumulado es del 0,10 por ciento para el año, mientras que la cifra acumulada de los 12 meses es del 2,13, por encima del 1,88 registrado en el periodo inmediatamente anterior.
La meta del gobierno para este año es una inflación del cuatro por ciento, con un margen de 1,5 puntos porcentuales para más o menos, es decir, puede variar entre el 2,5 y 5,5 por ciento.
El mayor impacto (0,08 puntos porcentuales) provino de los alimentos y bebidas (0,38 por ciento), que se aceleraron en relación con el resultado de mayo (0,24).
Otros aspectos destacados fueron los artículos de residencia (1,30 por ciento), que tuvieron la mayor variación positiva en el índice del mes, y la salud y el cuidado personal (0,35).
En el lado negativo, el IBGE mencionó la variación de la ropa (-0,46 por ciento). El resto de los grupos se situó entre el descenso del 0,05 por ciento de los gastos personales y el aumento del 0,75 registrado en el sector de las comunicaciones.
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